Información copiada de BIOGRAFIASYVIDAS

Sus primeras publicaciones fueron colecciones de versos, entre ellos The Burning Wheel (1916), Jonah (1917) y Leda (1920). De su prosa, la primera entrega fue Limbo (1920), y prosiguió con cuentos como los de La envoltura humana (1922). Ya en 1921 publicó su primera novela, Los escándalos de Crome, crítica mordaz de los ambientes intelectuales.
Huxley viajó constantemente con su esposa, tanto por Europa como por Estados Unidos, América y la India. Residió en Italia, donde escribió una de sus obras notables, Contrapunto (1928), en la cual despliega su solidez intelectual y las técnicas novedosas del arte de la novela.

Tras ello comenzó su "época mística"; en 1941 se acercó a la literatura religiosa de la India, tuvo contactos con La Sociedad Vedanta de Los Ángeles y colaboró en la revista Vedanta and the West hasta 1960. En 1944 publicó El Tiempo debe detenerse, inspirada por El Libro Tibetano de los muertos, y en 1946 una colección comentada de textos místicos de todos los tiempos, La filosofía perenne, libro que ha ejercido influencia por el punto de vista tan abierto adoptado para sustentar la idea de lo sagrado; aquí contrapuso la espiritualidad mística a la técnica y pragmatismo modernos.
En 1948 publicó Mono y esencia, prosa intelectual que influyó en varios escritores, entre ellos el cubano José Lezama Lima, que recomendaba su lectura en su "curso délfico". A partir de la década de 1950 inició una nueva etapa de su vida relacionada con las experiencias con las drogas, de las que resultó su popular libro Las puertas de la percepción (1954), que tuvo también mucha influencia en la sociedad norteamericana. En 1963 dio a conocer su última obra, Literatura y ciencia, que como el título indica es una aproximación entre ambos mundos. Además de ser considerado uno de los iniciadores de la psicodelia (por sus meditaciones en torno a las experiencias con mezcalina y LSD), Aldous Huxley fue el portavoz de la clase intelectual de la primera mitad del siglo XX; siguió paso a paso a sus contemporáneos desde el escepticismo superficial hasta la angustia trágica de un mundo vuelto impersonal por las nuevas y monstruosas técnicas de las guerras sucesivas. Sus libros permanecen no sólo por su valor documental, sino también por la fresca lozanía de su prosa y por un cierto sabor original hecho de erudición, de ironía y de seriedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario